VERSOS LIBRES. TÍTULO PRIMERO: LA HUIDA.
Con el cigarrillo en la mano me decía aquellas últimas palabras, una despedida digna de ti, ¡No! Eso no fue una despedida. Entre risas, lágrimas y un inmenso vacío, huiste. Desperté la mañana siguiente, deseando verte amanecer con la luz que entraba por la ventana, y sólo oscuridad había. El espacio compacto se hizo, la presión aumentó y la vida carecía de hilo. Te dije adiós sin querer decir adiós. Volamos por universos distintos, volamos mientras que recuerdos se abalanzaban sobre nosotros. Mentía, no eramos nosotros, sola, sólo era yo. Los versos libres lo proclaman, te quise, te quería. Llegaste y huiste, como un cruel bandido, como un cruel ser humano. Lo que sentía era real, tan real como cuando las estrellas tocaban tu rostro, tan real como cuando tu voz recorría cada centímetro de mi piel, tan real como la emoción y el sentimiento. El lamento fue lanzado, la amargura perduró, y el vacío sigue en pie. Llegast