NI DE AMOR, NI DE DESAMOR, MÁS BIEN UNA DECLARACIÓN.



Alguna vez escribí sobre cargar con el nunca ser suficiente.
No es una exageración, es real.

El miedo llega cuando sabes que nunca serás suficiente,
el miedo te abruma cuando tienes algo que perder.

Dejé de escribir por una razón desconocida,
he vuelto porque necesitaba hacérselo saber.

La vida se compone de sistemas complejos,
y somos uno de ellos.
Hay tipos y subtipos,
unos son más y otros menos.
Yo, soy menos, siempre menos.
Idealicé mi vida bajo esa idea,
la internalicé.

En los clichés ocupo un lugar.
Soy lo lejano y lo cercano,
soy lo insípido que pocos logran ver.
En eso he resuelto mi ser.

¿A dónde más planeo llegar?
¿Qué pretendo lograr?

Somos bohemios,
con nuestros demonios internos;
pero a la vez tú eres luz que ahoga una inmensa oscuridad.

¿Qué pensabas cuando me mirabas a la lejanía?
¿Y qué piensas en la cercanía?

Escribimos para ser y no ser entendidos,
y hoy para no recibir respuesta.
Te niego el comentario,
y aquí le pongo fin a cualquier cuadro enunciativo. 

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