INTÉRPRETE DE REALIDADES.

¿Y qué pasará ahora? Ahora que todo se ve desprovisto de aquella magia.  Me duele a pesar del momento, me duele y no lo puedo negar. No sé si el dolor esté justificado, pero exige ser escuchado. Estoy desecha y no sé cómo proceder. Se siente, se siente y muy en el fondo.

Me encuentro frente a la necesidad de desahogar, me encuentro frente a los miedos y tormentas que no he querido enfrentar. La manía al control no lleva a nada bueno, y es irónico porque estoy en búsqueda de la fórmula para que todo resulte. ¿Qué más tengo para escribir? ¿Qué soy más allá de este sintagma mal armado? Me preocupo cuando todo parece estar mal, me preocupo y sólo lo logro empeorar, nuevamente irónico porque la respuesta sé que está en sólo dejarse llevar. Sólo estoy segura de una cosa, y eso es lo único que me mantiene firme; sin embargo, hay cosas que no se pueden evitar.

Y te encuentras de nuevo con la hoja en blanco, con un nudo en la garganta y con mucho por procesar. ¿Para quién se escribe sino es para uno mismo? ¿De quién serán estos anillos y a qué dedo le quedarán? Es de noche y las inseguridades no tardan en llegar. Es de noche y los recuerdos ya no quieren esperar. Quiero gritar, darle tiempo y pronto olvidar. ¿Ser suficiente para quién y para qué? Es miedo, claro que lo es. Es la incertidumbre que te grita al oído, que no te deja dejar de pensar. Y todo parece tan frágil, todo parece tan débil. La única pregunta es, ¿de qué huyes ahora?

Son esos segundos antes de ir a dormir, Son las gotas de lluvia que van al compás del ir y venir. ¿Cuál es la razón por la que he vuelto? ¿Qué planeo decir en silencio? Es de su sonrisa y todo lo que ilumina, O de la ausencia que llega cuando te alejas. 

Si me pidieran escribir de ti, no escribiría de tu bonita sonrisa. Escribiría de tu nariz fría,  siempre más de un lado que de otro. De tu mano recorriendo mi ser,  o de la fusión que nos damos oportunidad de hacer.  Sincronía,  o mejor dicho armonía. Podría ser de las huellas que te reclaman cuando se vuelve de noche, también de los versos recitados con los ojos cerrados. Escribiría de cuando sostienes mi mano,  de cuando recuesto mi cabeza sobre tu hombro,  de cuando te veo mirar,  y de cuando me miras y me doy cuenta que soy real. 

De seguro está exagerando, claramente aquello fue un halago. Usaba un mallón que destacaba sus caderas y una blusa que acentuaba su figura. Y de acuerdo, no fue en una o dos horas, fueron varias veces en una caminata que dura poco más de diez minutos. Pero favor que le hacen, ni es tan bonita. Salió a buen tiempo de casa, el sol comenzaba a ocultarse detrás de las nubes blancas. Cruzó la reja verde que separa el fraccionamiento donde vive y la avenida que da hacia la carretera México-Querétaro. Caminaba sobre la acera cuando gentilmente un hombre que conducía un camión doble remolque le chifló. Sus mejillas no se sonrojaron y tampoco se chiveó, sino que se incomodó. Se colocó sus audífonos, bajó la mirada y no dejó de caminar. Alzó un poco la vista y vio al caballero acelerar. Sin ser consciente de ello, miró sobre su hombro derecho para verificar que no hubiese nadie siguiéndola. ¿Ven? Paranoica. Según un informe de la ONU Mujeres-México, siete mujeres son asesinad

Te dejas llevar por la discusión, En una cuestión de segundos todo parece caer en grandes pedazos. Proposiciones que hieren y almas heridas. ¿Hay un límite de fortaleza? ¿Y qué tan proporcional será? Espero impaciente, quiero el abrazo que he estado esperando. Quiero calma entre la tempestad. Busco respuestas de preguntas que aún no me han hecho, Tengo planes para sucesos que aún no han sucedido. ¿Es estar preparada o es paranoia? Es el temor en su máxima expresión. Miedo a despertar en un panorama distinto, Miedo a desaparecer. Amas y piensas más allá de la felicidad, Amas y estás consciente de que ya no tienes inmunidad. Te dejas llevar y es sólo cuestión de segundos, Segundos importantes que pueden definir un final.