ANDROMEDA. (Parte 6)



Todo era tan irreal, no recuerdo mucho de aquel momento. Las imágenes en mi cabeza no lograban coordinar con las voces que lograba escuchar a mi alrededor, era como una película con audio desfasado. No comprendía lo que estaba viendo, no era real, eran solo unos cuantos recuerdos y él estaba ahí, Yan, sentado en su escritorio explicándome no se que tema, lo veía sonreír. El ruido comenzó a hacerse algo agudo, eran gritos y luego no se en que momento esos gritos pasaron a ser un sonido ensordecedor, demasiado agudo; Era aquel sonido que escuchas cuando te encuentras solo en la oscuridad, o el sonido que escuchas después de haber ido a un concierto, ese molesto pitillo. No puedo decir más, es lo último que percibí en aquel momento.
Antes de despertar no me sucedió nada interesante, había leído que estar en coma es una experiencia cercana a la muerte, algo parecido a un viaje astral, pero a mi no me sucedió nada de eso. Caí en un sueño profundo, solo que esta vez no soñaba, solo admito que en ciertos momentos escuchaba lo que sucedía a mi alrededor, escuchaba pasos pero tanto era mi cansancio que me dormía al compás en el que sonaban. Un día, o tal vez una noche escuche el caminar de Yan, hoy en día no se decirles si fue una alucinación o algo real, solo se que aquello me hizo feliz, deje de sentir cierta especie de temor supongo.

Según me contó Yan, estuve en coma por una semana, y que los últimos tres días fueron un coma inducido puesto que los doctores querían que mi cuerpo descansara después de algunas operaciones. Y si, no fue hasta un día después de que me desperté que me enteré que había perdido la vista. No quise saber más, antes ya había escuchado hablar a una de mis enfermeras con una interna, ella le decía que mi caso era realmente trágico, que era huérfana y que no había cura, había tenido una quemadura química o algo así, al principio no entendía, no había estado cerca de ningún químico, pero luego entendí que la explosión causo daños en la cornea, básicamente la quemo, lo que se considera como quemadura química. Sobre mi cuerpo, solo supe que tuvieron que reconstruirme cierta parte de la cara puesto que mi rostro sufrió de algunas quemaduras profundas de segundo grado, pero mis brazos, mis brazos estaban algo mal, no por completo pero tenía algunas quemaduras de tercer grado, de lo cual los médicos ya se habían encargado; ellos decían que tenía unos grandes ángeles cuidándome, y claro mis padres y mis abuelos jamás me dejarían sola. 
Con todo esto Yan se debió de haber alterado demasiado, no se como fue que se enteró pero después de escuchar su caminar supe que él jamás se iría y así fue. Pase mi cumpleaños en el hospital, mas bien era un tipo de unidad especial para quemados, me encontraba en el área de jóvenes, y en todo el tiempo de mi estancia conocí a muchas personas, por fin hice amigos, continuaba con las lecciones por la tarde con Yan, ahora él me leía, y aunque no pasaba la noche en la unidad conmigo, llegaba desde temprano para estar al pendiente de mi. Una de las personas que conocí ahí era Karmin, ella si veía, pero sus piernas, bueno no podía caminar, no le gustaba hablar de su accidente, pero cuando toque su rostro, bueno les puedo decir que era hermosa, tenía novio, supongo que era de su vecindario y era agradable, demasiado diría yo, era muy romántico, se llamaba Gale y bueno, a veces Karmin no lo soportaba, era gracioso porque jamás había conocido a una amiga, o mas bien jamás había tenido alguien con quien hablar de, bueno, cosas de chicas, pero de pronto la conocí y al poco tiempo comenzó a contarme de su primera vez, fue incomodo pero me sentí bien, ella es, no se, es difícil de explicar. 
Como dije, paso el tiempo y Yan un día me llegó con un detalle maravilloso, trajo un libro para aprender a escribir y leer en Braile, me contó que él ya le había echado un ojo y que ya era tiempo de que yo empezará a practicarlo puesto que había hablado con la Universidad y les había explicado mi situación a lo que ellos accedieron a darme si así lo quería yo, un año más para volver a ponerme en marcha; esta noticia me hizo sumamente feliz, mi vida seguiría y yo no estaba dispuesta a darme por vencida, no ahora que tenía una amiga, y a una persona maravillosa a mi lado, lo tenía a él, siempre, y si, aún seguía completamente enamorada de él pero después del accidente no hablamos del tema, no hasta aquella noche...

Comentarios

Entradas populares de este blog

EFECTOS SECUNDARIOS DE LA E.

DETONAR

VERSOS LIBRES. TÍTULO SÉPTIMO: CERTEZA