INTÉRPRETE DE REALIDADES.

Alguna vez escribí sobre cargar con el nunca ser suficiente. No es una exageración, es real. El miedo llega cuando sabes que nunca serás suficiente, el miedo te abruma cuando tienes algo que perder. Dejé de escribir por una razón desconocida, he vuelto porque necesitaba hacérselo saber. La vida se compone de sistemas complejos, y somos uno de ellos. Hay tipos y subtipos, unos son más y otros menos. Yo, soy menos, siempre menos. Idealicé mi vida bajo esa idea, la internalicé. En los clichés ocupo un lugar. Soy lo lejano y lo cercano, soy lo insípido que pocos logran ver. En eso he resuelto mi ser. ¿A dónde más planeo llegar? ¿Qué pretendo lograr? Somos bohemios, con nuestros demonios internos; pero a la  vez tú eres luz que ahoga una inmensa oscuridad. ¿Qué pensabas cuando me mirabas a la lejanía? ¿Y qué piensas en la cercanía? Escribimos para ser y no ser entendidos, y hoy para no recibir respuesta. Te niego el

Me gustan las tardes como la de hoy. Un cielo despejado,  el Sol no siendo opacado  y el aire corriendo sin la necesidad de pedir permiso. Me gusta la calma. Me gusta sentarme,  tomar un café y existir en una dimensión distinta. Me gusta ver a las personas, corriendo en ritmos distintos, existiendo en un universo y dejando de existir en otro. ¿Qué connota el dolor emocional que se vuelve físico? ¿Qué dice el pesar en un andar? Ojos tristes y una mirada perdida. Quizá sean las respuestas que no quieres escuchar, lo que sabes y no quieres enfrentar. Ahora sólo queda esperar el después, confiar y seguir de pie.  

Me cuesta trabajo escribir de las cosas que me hacen feliz. Después de mucho tiempo de oscuridad parece irreal tanta luz en mi vida.  No sé cómo lo hicimos,  no sé cómo sucedió pero coincidimos. Cada paso que dimos nos junto en un mismo sendero. Polos opuestos en complemento. Quisiera que vieran sus ojos, oscuros pero irradian calma. Quisiera que vieran su sonrisa, increíble. Salí de mi zona de confort, dejé cosas y comencé nuevas. Todo es muy distinto, a veces me siento perdida  pero cierro mis ojos,  diviso su silueta  y me siento segura. Es el juego en la teoría de la recepción. Hay momentos que afirman lo que traemos en mente, es la palabra que despeja las dudas y nos deja fluir. Son órbitas que coinciden en el tiempo y espacio correcto, somos seres existiendo. 

Miré la inmensidad, y me sentí minúscula ante su existencia. Quiero comprender, buscar razones y motivos, pero a la vez quiero dejar de pensar. Somos más pasado que presente, y eso no justifica que nos quedemos de pie. Quizá esté jugando mal mis cartas, quizá todo esto sea parte de la jugada final. Los sueños toman fuerza, y las ideas se ven envueltas en un juego de mundos posibles. Quería escribir con el propósito de llegar a la persona correcta. Pedir auxilio y decirle al viento, Mirar sus ojos para no volver a ver algo más. Aquí estoy, un escrito sin coherencia, palabras en las manos del azar. Tenemos sentido, en algún mundo existimos. Mi vocabulario es tan escaso que no puedo explicar esto que siento. Es duda, una luz brillante al final de un oscuro camino. ¿Es un momento o es la eternidad? Es mi falta de experiencia y también falta de consciencia. Somos lo que nuestros referentes nos dan para ser. Es burdo y eso habla de mí.

Vamos a partir de lo que no siento. No siento certeza,  siento incertidumbre y eso me aterra. La experiencia susurra a mis oídos,  y perturba la calma. Estoy y no estoy, La ausencia me da espacio y tiempo para ahogarme en un mar de ideas. Cada suspiro emerge de la melancolía que connota su nombre, es una abstracción que rebasa su mismo lenguaje. ¿Qué sigue? Perdida entre el mundo real y el de las ideas, los sueños cada vez se sienten más reales. Escucho su voz y diviso un rostro, ojos hondos y dos pequeños hoyuelos. No es templanza,  pero tampoco es tristeza. Son ideas que mueven y remueven, es el tempo que lleva esta melodía. Escribo para hacerme real. Cada espacio significa, y no es mi misión interpretar ausencias.

No tengo ganas de ser o decir. Fue estúpido creer. No soy una persona que escribe, así que no entiendo la razón por la que me siguen leyendo. Ojalá él no se hubiera dado cuenta. Soy patética. Prefiero ignorarlo a enfrentarlo; yo soy quien espera encontrarlo pero huye cuando lo tiene de frente. Quise deshacerme de esa idea, quise ahogar el interés, pero no pude. Existen otros universos, y mejores quizá. No le estoy escribiendo a él en lo absoluto, no espero siquiera que sepa que sigo existiendo. Son sólo ideas vagas que encuentro, es su voz en mi memoria. Soy yo siendo imperfecta, soy yo no perteneciendo en sus categorías. No me siento a gusto con quien soy, con lo que hago, ni con lo que está a mi alrededor. Quizá es por eso que necesito de él, de un soporte o sólo de algo certero.

¡Qué maldita puede llegar a ser la vida! Estamos en la búsqueda, el tiempo pasa y no nos damos por vencidos. Somos los románticos, los que escribimos en la oscuridad, los que esperamos sin dudar. Mala jugada tras mala jugada, pocas veces llegamos a ganar. Intento ocupar mi mente, intento no darte lugar. Y entre más me alejo,  más regreso al mismo punto. ¿Qué tan bueno es ignorar? ¿Qué tan malo es conocer? Quiero ahogarme, ahogarme en melodías escritas para los malos ratos. Pero, ¿En dónde quedan los sueños? Y, ¿Hasta qué punto se convierte en fantasía? Se me está agotando la vida, lo sé. Poco a poco voy perdiendo lo que me mantenía a flote, poco a poco me voy lastimando. A veces no quiero seguir, a veces quiero huir. Estoy molesta ignorando, estoy molesta evitando. Soy la cobardía andando.

Con cigarrillo en mano,  como nunca lo volveré a hacer.  Vamos a ser claros, no tengo tema, y en clase aprendí que cuando no hay una estructura profunda no hay estructura superficial. Así que a ver qué pasa. Estoy aquí, sin música alguna, escuchando mis más severos pensamientos. Es momento de ser sincera,  de ser capaz de presentar ante ustedes, mis ideas.  Hace unos días reflexionaba acerca de la interacción que hoy tenemos. Tú que lees y yo que escribo. ¿Somos reales? Quizá. Eres un lector anónimo,  no conozco tu rostro, pero quizá tú sí el mío. Me conoces,  o eso creemos.  Quizá me ves caminar con mis audífonos puestos, quizá hablas conmigo, ríes conmigo, o quizá sólo lees mis patéticas entradas. Tengo que decirte, que existo. Mi vida es complicada, como la tuya supongo. Con ausencias, falta de amor, y algunos buenos momentos. A veces la soledad me ahoga, a veces no. Tengo buenos amigos, tengo personas a mi l

No sé si es correcto y no sé si lo que a continuación presento tendrá respuesta alguna. Es una crítica a un sistema y a una obstinada manera de pensar. No hay día que no piense en ti, no hay día que no recuerde tu placentera estadía. El tiempo era siempre limitado, cada segundo era invaluable. La espera valía totalmente la pena. Reías, jugabas y todo mejoraba. Eres luz y era consciente de ello. Tu ausencia pesa. No sé en donde te encuentres, o que sea de ti en este momento, pero espero que me recuerdes. Me parte en pedazos no tenerte cerca, sé que no soy la única que lo siente, sé que a todos nos hace mal. Quisiera hacer algo, pero eso no está en mis manos. El tiempo pasa, y tu tiempo también. Cada día y minuto, cada segundo la brecha crece más. Lo real es que aquí estoy, extrañándote, llorando tu ausencia, escribiéndote. Haciendo algo sin tener impacto. Volverás, lo se, en el momento indicado, quizá.

Mañana es diecisiete,  y algo bueno debe de pasar. En los últimos días,  una ola de nostalgia me ahogó casi por completo. Intenté recordar, recordar el sabor de un buen beso, recordar el calor que emitía un alguien, recordar como el tiempo matizaba cada momento. Creí haber encontrado a la persona, tenía 15 años y fue patético. Jamás me había sentido igual, jamás me he sentido igual. Le di el poder suficiente para destruirme, y lo hizo. Un ser herido, un alma en pedazos, y una autoestima por los suelos. El tiempo pasó, y aquella inocencia se esfumó. ¿Valió la pena? Sí. En días pasados me volvieron a destruir, sin embargo fue un sujeto del que no lo vi venir. Amamos, y es una buena cualidad del ser humano, pero nadie nos explica lo que implica. Nadie nos dice que amar trae consigo la vulnerabilidad. Hace algunos años me hicieron pedazos, hace algunos días hicieron añicos mis propias convicciones. Mi persona favorita clavando

Me agradas cada día un poco más. Eres la melodía que acompaña mi día a día. Eres el recurso menos usado. Sin nombre y sin rostro, siendo y deshaciendo. Te he pedido, te he dicho, te he implorado, y sigues sin estar aquí. Mis palabras son viles,  carecen de valor a menos que lleguen a los parpados correctos. Estoy llenando espacios en blanco, escribo bajo la influencia de la luz blanca en la oscuridad. Medito y me encuentro en el mismo sitio, siendo un alma que se refugia en la fantasía. Debí de actuar, quizá dar los primeros pasos, pero creo que no me buscas como yo a ti. Escribes y percibo, Emites versos pero al final no soy yo. Vuelvo a la batalla. Ilusiones, esperanzas y fantasías, la pregunta sin respuesta, la incógnita infinita. Me detengo por el momento, censuro tu nombre y rostro. Te censuro porque no soy capaz de enfrentar tu indiferencia. Eres lo que sigue de la segunda letra, eres el talento del que carezco, la ac

Los borradores van en aumento. Voy a ser sincera, te sigo esperando. Quiero que seas más que un anhelo, quiero tener una segunda oportunidad. Me fascina tu manera de existir, habitas mi universo en un plano celestial. Quiero que seas mi mentor, quiero leerte, escucharte, dormir en tus brazos. No sé qué resista más, la necesidad un soporte o lo que espero de ti.  Lo arruiné, quizá el universo así lo quiso, pero no puedo quedarme así, así con los brazos cruzados. Necesito esa segunda oportunidad, no te quiero dejar ir tan fácil. Entiendo que no cumplo expectativas, que ignoras mi existencia, pero si me dieras la oportunidad, te prometo ser y dejar de ser. Soy patética. No tengo el valor para detener la tormenta, no puedo hacerle frente a lo estoy por causar. No quiero ser motivo de alguien más, quiero esperarte, pero entiendo que existe la posibilidad de que jamás llegues. Pedí algo bueno, algo que valiera la pena, y de v