EL TIEMPO Y LOS RECUERDOS.

Una de mis mayores debilidades es hablarle al viento por este medio.
Le escribo cuidadosamente, me gusta pensar que le causa algo.
Siempre que quiero pensar me encuentro aquí, en este espacio destinado a todo lo abstracto, es un reflejo de mis tintas chinas, solo eso.
No se como he llegado hasta este punto, no se que hiciste para ser esto.
Pienso que la vida te ha puesto como un obstáculo bastante complejo.
No puedo no hablar, ni siquiera no pensar en ti.
Triste es mi caso puesto que se bien lo que realmente sucede
Se que ya, ambos, no seguimos el mismo camino de hace un año.
Hace un año, relacionemos tiempo con recuerdos, de nuevo.
Disculpa, creo que a veces ahí cometo un error, hablo como un nosotros, cuando ahora somos seres separados, distintos.
Estaba en esta relación, cuando se relaciona el tiempo con los recuerdos.
Cuando un numero deja de ser numero para tener un distinto significado, en este caso, el 17.
Mira, observa y sostén mi dignidad.
Estas oraciones, sí así lo quieres ver, nuevamente son para ti.
No estoy diciendo, ni hablando de juntar caminos.
Tal vez el texto en conjunto esta dejando de tener sentido.
Pero lo interesante aquí es la relación que mi maldito cerebro le da a esta fecha.
Un día como hoy me recuerdo sentaba sobre una piedra.
Es borroso, lo admito, pero creo creer que te hincaste y fue perfecto.
Tu y yo, en ese momento fuimos eternos.
Eternos de verdad, reales, finitos, porque un día llego el fin.
No es paradoja, eternos con final, entiende lo que quiero reflejar.
No hables, no diga, solo piensa y procesa mis palabras.
Nadie en la historia sera lo que tu fuiste, y así mismo, nadie sera lo que yo.
Somos eternos el uno para el otro, al final, el recuerdo se complementara con el tiempo.
Y cada vez que retornes, que recuerdes, tendrás este agradable sabor.
Tal vez llego un final, pero por la eternidad nuestras almas ya habrán sido una, ya habrán dejado huella una en la otra, ya habremos sido un finito.