ANDROMEDA. (Parte 3)


Después de regresar a casa opte por darme un tiempo sola en mi habitación, pensando en los últimos sucesos, y al final tome la decisión de dejarlo pasar, opte por frenar mi pensamiento cuando este se fuera hacia lo libido y así fue. Pasaron una cuantas semanas, todo seguía normal, día tras día la misma rutina, ahora ya salía mas. Mas de dos veces a la semana, cuando lo necesitaba, iba al parque a sentarme y a platicar con "ellos", supongo, cada ves veía mas gente pasar, y comenzaba a recordar rostros; como aquel señor que vendía nieves, recuerdo que cierto día compré una rica nieve de limón, era deliciosa, su sabor me recordaba a lo viejos tiempos, se que mis padres se fueron cuando era muy pequeña pero algo en esa nieve me llevaba a aquellos flashes como de recuerdos, en donde están ellos tomándome de la mano y levantándome simultáneamente por la calle para así sentir la sensación de volar, ya se, es tonto, pero algo en esa nieve me lo recordaba.

Las clases con Yan volvieron a ser lo de antes, comencé a tomar control de mi cuerpo y a evitar aquel tema, hasta aquel día. 

Antes de terminar la lección del día, Yan me dejo leer un libro para supongo, perder el tiempo, y así fue, era ya tarde y me recosté en el sillón que se encontraba al fondo del estudio, el libro tenía algo fascinante debo de admitir; me quede dormida, no supe la hora, ni en que momento, pero sentí que Yan se acerco, supuso que me encontraba dormida y realmente lo hice, pero sus pasos me despertaron, no quise moverme ni abrir lo ojos, esperaba que al verme dormida el se fuera pero no fue así. Se acerco a mi, yo me encontraba recostada sobre mi costado derecho, su mano fría toco mi hombro y con delicadeza subió hasta mi rostro, lo comenzó a rozar con quietud , llego a los labios y ahí sentí como se estremeció, en ese momento solo me quede mas paralizada de lo que ya estaba, después de eso, él solo me beso la frente y puso su chaqueta sobre mi; salió casi huyendo. En el momento en el que rozo mis labios sentí un revoloteo en mi estomago, quería despertarme y darle un beso, quería mirarlo a los ojos, fue intenso, aunque solo en mi mente, claro. 
Cuando escuche que ya había salido de la habitación comencé a pensar en aquel suceso, comencé a pensar en la posibilidad de un romance, ¿qué pasaría sí el sintiera lo mismo conmigo? desde que lo conozco no ha tenido ninguna novia, él siempre ha sido un hombre centrado y algo reservado, solo había estado para mi, ni siquiera tenía familia, o el jamás lo visitaba. Después de pensar un rato, sentí como mis ojos se entrecerraban y  sinceramente no tenía ganas de ir a la habitación así que solo me acurruque mas y ahí pasé la noche.

Desde ese día comencé a frecuentar un poco mas el parque, pensaba y pensaba, pero ya me era aburrido únicamente estar en aquella banca. Después de aquel día comencé a caminar alrededor del parque, conocí algunos lugares hermosos y cada día me alejaba un poco mas de casa. Mientras caminaba veía a chicos solos, y a algunos con novias, siempre los miraba y desde ahí comencé a hacer las cosas mal, a todo chico que veía lo comparaba con Yan, y ninguno era igual de perfecto que él, algunos eran mas altos, otros tenían los ojos mas oscuros, y así encontré infinidad de diferencias, yo sabía que Yan era único, él era perfecto. 
Paso mucho mas tiempo, ya se que esta narración esta dejando de ser algo descriptiva, pero querido lector te pido por favor que no me juzgues, esta parte de mi vida es la que mas deseo olvidar, y es que tan solo de pensar en sus sonrisa, en la forma que aquella noche acaricio mi brazo, o la manera en que sus labios tocaron mi frente, todos aquellos recuerdos reviven esto que siento. El caso es que con el tiempo, deje de prestarle atención durante las lecciones, comencé a memorizar cada detalle de él, cada pequeña mueca que hacia, todo. 
Este fenómeno comenzó a reflejarse en aquellas pruebas que al final de cada semana me hacia, les dicen exámenes, yo siempre los conocí como pruebas; la puntuación era cada vez mas baja, y yo deje de controlarme, cada vez Yan se hacia mas presente en mi mente, su sonrisa, sus manos, su cuerpo tan bien conservado, su rostro, su forma de caminar, todo comenzó a salirse de control.
Cuando Yan se dio cuenta que yo estaba algo distraída, (cosa que realmente tardo, ya que paso casi un mes, para que llegara a la conclusión de que no eran las clases, ni la dificultad, era mi falta de atención), decidió que era tiempo de tener una charla, una larga charla y fue ahí donde todo definitivamente tomo un giro de 180 grados.   
Esa tarde-noche, al terminar la lección, tomo mi mano y me dijo que le preocupaba, que mis puntuaciones habían bajado, que él quería lo mejor para mi, y siendo sincera no recuerdo mas, no se sí era su voz, su olor, la manera en la que él me miraba o yo que se, pero algo no me permitía escuchar con claridad lo que decía, hubo un silencio, cada vez se hizo mas hondo y fue ahí donde no se como ni porque, pero sentía mi cuerpo arder, era un tipo de adrenalina que jamás había sentido, dejé de escuchar, dejé de tener algo en mente, solo lo bese, fue real, lo bese. 

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